jueves, 7 de julio de 2011

LA CADENA DE ORO - HOMERO


CATENA ÁUREA HOMERII

Cómo y de qué se generan y cómo son destruidas de nuevo, y qué es ese Sujeto que genera, destruye, y regenera las cosas.
      Franckfurt y Leipzig, 1723 DE LA GENERACIÓN DE LAS COSAS
Capítulo I
QUE ES LA NATURALEZA
La naturaleza comprende las criaturas visibles e invisi­bles de todo el universo. Lo que llamamos naturaleza especialmente es el Fuego universal o ANIMA MUNDI, que llena todo el sistema del universo; y por lo tanto es un agente universal, omnipresente y dotado con un instinto infalible, que se, manifiesta en Fuego y Luz. Es la primera criatura de la omnipotencia Divina.
Anima Mundi tal como se usa aquí no significa el principio de la vida animal, manifiesto o no; sino la causa de lo que entendemos como el principio de la vida uni­versal.

Capítulo II
COMO TODAS LAS COSAS PROCEDEN DE ELLA
Así creó Dios primero el Fuego invisible y lo dotó con un instinto infalible y una capacidad de manifestarse en tres principios.
1.                 En su estado original más universal es perfecta-­
mente invisible, inmaterial, frío, no ocupa espacio alguno;
en este estado tranquilo no nos es de utilidad, y sin em-­
bargo en este estado inmóvil es omnipresente.
2.                 En su segundo estado se manifiesta por la moción
o la agitación como Luz. En este estado fue separado del
Caos, cuando Dios dijo, «Que haya Luz, y hubo Luz». Sin
embargo es Frío todavía. Cuando se mueve y agita gentil­
mente manifiesta Calidez y Calor, como es el caso en todas
las fricciones, y en las fermentaciones de las cosas hú-­
medas.
3.                 Cuando se recoge en una cantidad suficiente y se
agita violentamente, se manifiesta como un Fuego que ar-­
de. Este continúa ardiendo mientras que se agite, y tenga
un sujeto adecuado sobre el que actuar. Cuando eso falla,
vuelve a su primer estado de tranquila universalidad. En el
carácter de Fuego Abrasador manifiesta Calor y Luz.
Por eso decimos que en su estado universal primario es perfectamente invisible e inmaterial.
En su segundo estado de manifestación es visible como Luz.
En su tercer estado de Calor y Fuego que quema es visible, caliente o abrasador, y se vuelve de algún modo material; pues ocupa un sitio o lugar mientras está en este estado.
Habéis visto ahora tres poderes distintos del Espíritu Universal. Pero posee aún más, e incluso algunos poderes inconcebibles.
Os hemos dicho que el Espíritu Universal está dotado con un instinto infalible. Trabajando del modo más sim­ple y cercano, tiene, además de sus conspicuas cualidades ya mencionadas, 2 poderes ocultos, a saber, atracción y repulsión, y estos dos poderes son inconcebiblemente grandes.

Vemos varios ejemplos de ello en el Trueno y el Relám­pago, en Terremotos, Huracanes y en los sorprendentes efectos de la pólvora.
Cuando Dios creó este Fuego universal le dio un poder de hacerse material, esto es, hacerse Vapor, Humedad, Agua y Tierra, aunque ese fuego en su propia naturaleza universal sea y permanezca centralmente el mismo. Así veis el comienzo de los 4 Elementos. Fuego Abrasador, Vapor y Humedad, mezclados con Fuego Frío, constituyen el Aire atmosférico, que aún más condensado se convierte en Agua, y el Agua se convierte en Tierra. Originalmente no fue sino un elemento, Fuego.
Este Fuego universal se convierte en un vapor de in­mensa extensión, que por espesación posterior se convierte en Agua caótica, y a partir de este Agua el Creador separó la Luz, esto es separó (o subdividió) el Fuego universal invisible en Luz. Vemos así que el Fuego invisible se manifestó en dos principios —Luz y Humedad. Por consi­guiente Dios ha creado todas las cosas a partir de la Luz y el Agua (caótica).
El Agua fue la primera condensación del Fuego univer­sal, que no obstante en su centro era y permanece como Fuego, lleno de vida y actividad, y tanto más así cuanto que fue asistido (o equilibrado) por su igual la Luz, sepa­rada de sí tanto como fue necesario para la creación de todos los Seres materiales e inmateriales, y en sucesión de tiempo, para su mantenimiento.
De la Luz separada hemos hablado antes.
Tenemos que considerar ahora su primer Cuerpo, la Humedad. El Agua difiere con respecto a su Densidad (o subdivisión); si se rarifica hasta un cierto grado constituye el Aire, esto es, un predominio de Fuego sobre Agua. Pero si se condensa hasta un cierto grado se convierte en Agua Húmeda, o Humedad predominando sobre Fuego; no obs­tante en ambos yace oculto el Fuego universal o Espíritu del universo.
Tan pronto como el Aire se ve privado de este Fuego universal, que lo anima y lo hace elástico, se vuelve inme­diatamente pútrido, y por lo tanto declina (precipita), se convierte en Humedad, Tierra y Sólido. Es el mismo caso con el Agua, cuando es privada del Fuego o del Aire anima-

do, se vuelve pútrida, y se condensa aún más y se convierte en Tierra.
Dios lo ha ordenado así de modo que el Espíritu Uni­versal, por medio de la Humedad, trabaje todas las cosas, porque la Humedad se mezcla fácilmente con todo, por medio de lo cual el Espíritu puede ablandar, penetrar, generar, destruir y regenerar todas las cosas. Esta Hume­dad o Agua es el Cuerpo, el vehículo. Pero el Espíritu o Fuego es el operador, el agente universal, el Anima et Spiritus Mundi —el espíritu y poder de Dios que todo lo hace; el Germen universal, el agente genuino, el único agente y fabricante de todas las cosas naturales.
El Fuego universal llena ese inmenso espacio del uni­verso entre los cuerpos Celestiales, y puesto que tiene un poder de hacerse material, genera un vapor sutil o Hume­dad invisible, su primer principio pasivo. Causa en él una reacción dulce, y una fermentación sumamente sutil tiene lugar universalmente, y por esta reacción el ácido universal es generado en todas partes, al que no podemos llamar sino un Miro incorpóreo sumamente sutil; es interiormente fuego y exteriormente frío.
Así a este Miro espiritual o Ácido universal le llama­mos el segundo cambio invisible del Fuego universal gene­rado a partir de la Humedad caótica invisible; y conforme se aproxima a la atmósfera de los Cuerpos Celestiales se vuelve gradualmente más y más material, hasta que en­cuentra un principio pasivo alcalino en donde se fija y forma el Nitro nativo, de modo que a partir del Nitro espiritual universal se convierte en Nitro material.
Es así que decimos, no sin buena razón, que los Rayos Solares de luz no son otra cosa que un Nitro espiritual sumamente sutil que gradualmente se vuelve más y más nitroso conforme se aproxima a la Tierra, no siendo sino Sal de Mar en el océano, animando la atmósfera con fuego o vida, y dando por ello elasticidad al aire y vida y preser­vación al agua.
Vemos entre el Firmamento y nuestra Tierra continuos Vapores, Nubes, y Brumas, que ascienden como una transpiración de la Tierra; y son sublimados hacia arriba por el calor central de la Tierra.
Este Agua y Vapor caóticos, contienen y son la primera

materia de todas las cosas, y aunque ésta parece muy simple ante nuestros ojos, sin embargo es doble, pues contiene Fuego y Humedad. Lo invisible en lo visible —el Fuego o espíritu es el agente y el Agua la madre o matriz.
Quienquiera que desee llegar a la fuente de la Sabidu­ría Secreta, que estudie esto bien y vaya con el punto central de verdad a la circunferencia, e imprima para siempre en su memoria, que a partir del Fuego y el Agua, o Espíritu encerrado en la Humedad, son todas las cosas en el mundo generadas, preservadas, destruidas, y regene­radas.
Quienquiera que comprende esto, no encontrará difi­cultad alguna en analizar las cosas naturales. Puede fácil­mente volatilizar lo fijo —y fijar lo volátil: puede convertir un sujeto pútrido en uno de agradable olor; a partir del veneno puede hacer una medicina saludable, porque sabe que todas las cosas proceden de una raíz, y retornan a esa raíz. La distinción es externa, y concierne sólo a la modifi­cación de la materia, que es más o menos digerida o fija. Por lo tanto los filósofos dicen que su materia está en todas las cosas. Sin embargo seleccionan sujetos en los que el espíritu universal está contenido más abundantemente, y más concentrado, y es por tanto más fácil de ser obtenido.
Capítulo III
COMO SON GENERADAS POSTERIORMENTE TODAS LAS COSAS
Hemos demostrado que el Vapor primordial, o ese Fuego y Agua, son después de Dios la primera materia de todas las cosas. Este Vapor doble se convierte por espesa­miento en Agua, este Agua por la acción del Espíritu Universal se vuelve difusa, comienza a fermentar y genera así la Materia.
En el comienzo este Agua era perfectamente sutil y pura, pero a través de la acción del Espíritu interno, se volvió turbia y ofensiva, y generó así la Tierra. Se subdivi-

dió pues en un Aire sumamente espiritual y sutil, después en un Aire común menos sutil, en un Agua semicorporal, y en una Tierra corporal. Es así que fue primero uno y dos, pero ahora es dos y tres, e igualmente cuatro y cinco.
Al comienzo, era una Humedad simple; en segundo lugar, como un Agua que contiene un Espíritu; en tercer lugar, fue separada en volátil, fijo y semifijo, o, hablan­do químicamente, en volátil, ácido y álcali (Anima, Spiritus, Corpus); en cuarto, fue dividida en los ele­mentos, así llamados, Fuego, Aire, Agua, Tierra; en quinto lugar, cuando, por el Arte, asistida por la Natura­leza, se formó en una indestructible quintaesencia ígnea.
Cuando el Agua se vuelve pútrida por el cambio, pode­mos separar un principio sutil después del otro. Lo más volátil ascenderá primero, y así un principio después del otro, y el más denso el último de todos. Dios ha ordenado que las diferentes modificaciones del Espíritu Universal, en los cuatro elementos, generasen y produjesen continua­mente un Germen Universal, y por esa razón El ha dado a cada cosa individual su agente y esfera, a fin de causar una reacción.
Esto se ve por la evaporación de diversos sujetos que expulsan este exceso de humedad no requerido por ellos. Esta evaporación cuando es a partir de arriba es denomi­nada Influencia, pero cuando es a partir de cosas de aquí abajo se la llama Effluvium. Dios ha dado a cada cosa individual su Germen particular, que depende del Germen Universal como su Rector.
Capítulo IV.
COMO ES GENERADO EL GERMEN UNIVERSAL POR LOS CUATRO ELEMENTOS
Después que Dios hubo dividido el Anima o Spiritus Mundi, el Caos simple, en Cuatro Elementos o principios predominantes, les dijo, «Creced y multiplicaos». Los Cie­los y el Aire, ambos animados por el Fuego Universal, son

el Padre, el macho, el agente o principio operante. Agua y Tierra son la Madre, la hembra, o principio pasivo. Estos cuatro son sin embargo dos, a saber, Fuego y Agua, y están generando constantemente el Agua Caótica, o Caos Primordial, por las acciones recíprocas de los principios inherentes sobre los que depende la generación, preserva­ción, destrucción, y regeneración de todas las cosas, y esto continuará hasta que Dios haya regenerado toda la Tierra.
Estos cuatro elementos, así llamados, producen el Ger­men Universal por la acción de sus diferentes afinidades y antipatías.
Es un axioma natural y filosófico, que es imposible proceder de un extremo a otro sin un medio, un axioma que todo estudiante debería tener siempre presente, por­que es la clave por la que podemos entender cómo son reconciliados los contrarios.
El Fuego no puede convertirse en Agua sin Aire, y la Tierra no puede convertirse en Aire sin Agua. Así como es imposible unir Fuego con Tierra, siendo uno volátil, y el otro Sólido, sin un medio, así, si quieres conseguir esto, debes unir el Fuego con su medio volátil más cercano, el Aire, y ellos se unirán inmediatamente. Cuando se haya hecho eso, dales Agua como un medio entre Aire y Tierra; éstos se unirán entonces; añade entonces la Tierra; así puedes unir el Fuego con la Tierra y fijarlo en ella y viceversa.
El Fuego es extremadamente sutil. El Aire también es sutil pero un grado más corpóreo que el Fuego. El Agua es un grado más corpórea que el aire; y la Tierra es un grado más corpórea que el Agua. Debemos proceder pues como lo hace la Naturaleza y podemos obtener entonces resulta­dos exitosos, o de otro modo, si no tenemos en cuenta esto, no podrá conseguirse nada.
En el análisis químico vemos cómo el más volátil sale primero, y el más denso el último. Así regula la Naturale­za sus operaciones. Por ejemplo:
Toma algo de Tierra de un campo, vierte Agua sobre ella para diluir bien la Tierra, déjalo reposar por unos pocos días, y encontrarás que la Tierra grosera se ha depositado en el fondo de la vasija; debes agitarlo ahora tres o cuatro veces al día, y el Agua disolverá en el tiempo

debido a la Tierra más sutil, que es su Sal o Tierra Virgen. Cuando esta Sal o Tierra Virgen es extraída de la Tierra común, la Tierra no puede disolverse más.
Destila ahora este Agua que contiene la Sal en un Agua Espiritual, y cohóbala repetidamente hasta que toda la Sal (o residuo que será dejado en el fondo del destila­dor) haya subido con el Agua.
Este Agua tiene ahora el poder de disolver a la siguien­te Tierra sutil, que puede, como la primera Sal, ser destila­da como un Agua espiritual. Con este Agua puedes repetir las operaciones frecuentemente, hasta que por destilación y cohobaciones hayas disuelto toda la cantidad y la hayas volatilizado en un Agua espiritual. Esta es una operación muy tediosa pero de gran consecuencia.
Del mismo modo, la Naturaleza opera disolviendo y coagulando, hasta que el Germen Universal de todas las cosas es generado, al que podemos llamar la Materia Prima.
El artista debe observar que la Naturaleza procede gradual y sistemáticamente, de acuerdo con el tiempo, el peso, y la medida; el operador debe hacer lo mismo, transponer lo externo a lo interno.
Capítulo V
DE QUE MODO ES REGENERADA EL AGUA
CAÓTICA DIVIDIDA Y SE CONVIERTE EN
EL GERMEN UNIVERSAL DE TODAS LAS COSAS,
LLAMADO ANIMA O SPIRITUS MUNDI
Los cuatro Elementos, así llamados, han sido separa­dos del Caos, pero proceden todos de uno.
La forma es Fuego y la materia es Agua.
La forma no es sino uno solo y .la materia no es sino uno solo.
La diferencia consiste en su apariencia externa. Por fermentación el Fuego se convierte en Aire, y el Aire se convierte en Agua, y el Agua se convierte en Tierra; pero

cuando el Fuego es fijado por el Arte o por la Naturaleza, se convierte en Tierra, y cuando la Tierra es volatilizada por el Agua, se convierte en Aire y Fuego. Pues un Ele­mento puede ser convertido en el otro; si esto no fuera cierto diferirían centralmente, pero no lo hacen.
El Caos que produjo estos elementos era en el comien­zo Fuego y Agua solamente; estos dos han sido divididos en cuatro por una volatilización y concentración posteriores. Por volatilización, extenuación, o rarefacción, la Humedad se convierte en Aire animado por Fuego. Pero por conden­sación o espesación de esa Humedad Primordial, la Tierra ha sido formada con el Fuego vuelto hacia abajo hacia el centro de la tierra. Los caracteres jeroglíficos de los Ele­mentos explican exactamente su naturaleza.
No hay un sujeto o sustancia bajo los Cielos, sea líquida o seca, que no contenga este Fuego universal y la Humedad Primordial. El primero es llamado Calor Innato, el último es llamado Humedad Radical.
El Fuego Universal se convirtió en Humedad externa­mente, pero permaneció como Fuego internamente; siendo internamente extremadamente espiritual y volátil era desde luego extremadamente activo y móvil, y por esa movilidad primitiva, excitó el calor y la fermentación, y por esa fer­mentación fue y es continuamente generado el Spiritus Acidum universal; y cuando éste se encuentra con un medio o cuerpo apropiado, sea en el Agua o en la Tierra, el Germen Universal se vuelve visible y corpóreo, pero mientras que es sólo un Vapor en la atmósfera, es el Germen universal astral e incorpóreo. Esta es la influencia que recibimos del Cielo por medio del Aire. Los Cielos dan su influencia, igual lo hacen el Aire, el Agua y la Tierra, y con esfuerzos unidos fabrican continuamente el Germen Universal del mundo.

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